jueves, 2 de septiembre de 2010

¡Qué lindo país que es Uruguay! ¿Ustedes se han dado cuenta de eso?

En este momento estoy en viaje a Aguas Blancas. Miro por la ventana y veo lo hermoso que es mi país. Se me vienen muchas cosas a la mente.

Entre esas cosas, recuerdo muchas voces –que son más de dos- que dicen que este no es un lindo país. Reniegan de no vivir en otros lugares que llaman “primer mundo” (Estados Unidos, Italia, Francia, etc).

Cada vez que oigo a un uruguayo decir eso, me entristezco. Pero, al mismo tiempo me pregunto: ¿conocen realmente al Uruguay? ¿Qué es lo que no les gusta de este país? ¿Puede no gustar Uruguay?

¡Es imposible que no les guste!

Es que si lo estudiamos detenidamente, Uruguay es un país que tiene todo. Campo, playas, termas de aguas saladas, hermosos y generosos paisajes. Tenemos gente capaz, inteligente, educada. ¡Trabajadora! Somos un país chico con alma grande.

Pero somos pesimistas. ¡Terriblemente pesimistas! ¡Quejosos!

¡Uruguay es hermoso, señores!

Estoy seguro que muchos europeos –o norteamericanos- amarían vivir acá. Muchos envidian nuestra seguridad. Si sí, últimamente tenemos un gran problema de violencia. ¡Señores! No tenemos terremotos, no tenemos vientos fuertes, el clima aquí es precioso.

Muchas de esas voces que reniegan del nuestro país, dicen que detestan el atraso que aquí tenemos.

Eso no lo puedo negar. Es cierto. Somos un país precioso que no hemos sabido o podido despegar porque... porque… ¿somos chicos?

Estoy harto de escuchar la excusa de que como somos chico, no podemos desarrollarnos.

¡Falacias!

Me duele que se desconozca la historia y se argumente que no crecemos porque los colorados y los blancos nunca hicieron nada. Claro, el país se fundó en el 2005.

¡Blasfemias!

Este país supo ser grande y lo será en el futuro. Pero tenemos que poner un poco de todos.

Debemos tomar nuestras –en principio- debilidades y usarlas a nuestro favor. Somos un país chico, por lo tanto, las soluciones a nuestros problemas son mucho más fáciles. ¡No debemos crear 10 millones de puestos de trabajo! ¡No tenemos 10 millones de delincuentes!

Entonces, me pregunto: ¿por qué no trabajar por que sea un lugar de “primer mundo”?

Cuando juego al fútbol no aspiro a jugar mal. ¡Yo quiero ser Pelé! ¿Por qué no aspiramos a ser pelé?

¡Actuemos de una vez!

Debemos regenerar ciertos pilares fundamentales en la sociedad. La familia es crucial. La educación indispensable.

En un artículo que escribí tiempo atrás hago referencia a la educación de vida (además de la que uno adquiere en la escuela y liceo). Debemos educar en valores. Educar ciudadanos. Educar gente. Con principios, con códigos morales, éticos. ¡Debemos ser ejemplo para el mundo!

El Estado debe permitir el desarrollo. Es una ingenuidad –o irresponsabilidad- decir que el desarrollo debe ingresar primero por el ámbito público.

¡Señores! Discusiones como cuando ocurrió lo del famoso PET solo nos hacen retroceder. La inversión debe ingresar por donde tenga que ingresar. Que la plata la traiga quien quiera traerla. ¡No le demos la espalda al desarrollo con ideas fundamentalistas y pasadas de moda!

Por favor, si queremos generar empleo, debemos tomar medidas. Es lógico y estoy de acuerdo con mejorar las condiciones de trabajo (soy un trabajador y lo que menos quiero es ser explotado). Pero debemos, además, mejorar las condiciones para que el empresario pueda generar los puestos de trabajo.

No puede ser que para abrir una empresa se necesite tanto tiempo. Para hacer una promoción se requieran tantos permisos.

No puede ser que para pequeños emprendimientos haya que pagar tanta cosa. ¡Matan al desarrollo desde antes de nacer!

Defendamos y premiemos a las empresas eficientes. Erradiquemos a las que no lo son. Fomentemos la libre y sana competencia. Promovamos el desarrollo en todas las áreas.

No podemos permitir que la gente hable de grupos dentro de la sociedad, fraccionando a nuestro pueblo. Ellos o nosotros. ¡Eso es algo que no quiero escuchar nunca más!

Generar el odio y la intolerancia con fines electorales. ¡Que estupidez!

Estoy convencido que Uruguay puede y debe ser del “primer mundo”.

Para eso necesitamos el esfuerzo de todos.

¡De todos!

¡Seguro que otros países son muy lindos! Pero nosotros tenemos lo nuestro. Vivir acá es un privilegio que todos tenemos y que debemos disfrutar libremente y sin pasar necesidad.

Si todos ponemos nuestro grano de arena, si no somos tan pesimistas y lo intentamos, estoy convencido que todas las voces podrán decir algún día:

¡Qué lindo que es Uruguay! ¡Qué lindo que es ser uruguayo!

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